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FRASES AUTORREFERENTES

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4.200 No soy muy buen payador,
ni un decimista de menta,
ya usted se habrá dado cuenta,
¡soy sólo humilde cantor!
Y le agradezco el honor,
inmerecido en verdad,
y es la pura realidad,
vea que es lo que comento,
¡y aquí cuatro mil doscientos!
después una eternidad.
Luís Ernesto Carelli,
El «nono Lolo»

(Argentina)
2006
4.400 Tano por parte del viejo,
y por mi madre ni le cuento,
ya lo haré en otros momentos,
el asunto es muy complejo.
Mezcla de razas, canejo,
fundidas todas en mí,
créame que esto es así,
no piense que estoy senil,
cuatro con cuatro por mil
justito han caído aquí.
4.600 «Nono Lolo» es por un juego,
que armó Iván, un snarkiano,
y a quien hoy engalano,
por hacer algo muy nuevo.
Y mas ahora le ruego,
que continuemos payando,
y los versos aumentando,
y sepa que así lo siento,
a los cuatro mil seiscientos,
de a poco vamos llegando.
4.796 No se si será un desliz
el no responderme presto
achacable a Luís Ernesto,
o por Don Francisco Briz,
que extasiado y muy feliz
por ver su página activa,
su mente queda cautiva
y alelado, ya lo veis.
Cuatro, siete, nueve, seis,
¡Juegos de palabras viva!
Roberto
(Las Palmas de Gran Canaria, España)
2006
5.000 Cualquier frase, aun pueril,
merece toda alabanza
pues con sus letras avanza,
(no es necesario ir por mil).
Y en actividad febril,
o marchando con pasitos,
por meta está el infinito
y si apuntas bien certero:
Cinco, cero, cero, y cero.
Ya aportas otros granitos.
5.205 No pongo a Dios por testigo
pues creyente yo no soy,
pero confieso que voy
con cuidado en lo que digo,
pues en el fondo lo abrigo,
de no cometer maldades
diciendo solo verdades.
Y quien piense que yo miento.
son cinco mil doscientos
con otras cinco unidades.
5.407 Si aquí yo tengo esperando
una extensa retahíla,
vayan poniéndose en fila
que les iré contestando.
Pero no me digan cuando
pues ando, de tiempo, escaso,
continuaré dando pasos
y empujando cual ariete:
Cinco, cuatro, cero y siete
yo sumo en este parnaso.
5.600 En afán de saludar,
a un gran payador canario,
mi mejor vocabulario,
aquí le quiero entregar,
Y estas décimas rimar,
dejando todo mi afecto.
Brindándole mis respetos,
y esto es muy verdadero,
cinco y seis y doble cero,
forman un lindo cuarteto.
Luís Ernesto Carelli,
El «nono Lolo»

(Argentina)
2006
5.800 Admiro profundamente,
a quien en esto «se prende»,
ya que tan solo depende,
de si mismo, solamente.
Verá que no son frecuentes,
contrapuntos en payadas,
la cosa es complicada,
y suele dejar lamentos,
son cinco mil y ochocientos,
nuestro punto de llegada.
6.000 No somos ni López Terra,
Marchesini o Socodato,
sólo pasamos un rato,
contando de nuestra tierra,
del amor y de la guerra,
también de otras menudencias,
y rimando con paciencia,
y con voz muy varonil,
decimos: ¡ya son seis mil!,
y esto no es ninguna ciencia.
6.200 Y le dejo esta cuestión,
al gran amigo Roberto,
yo quiero saber si es cierto,
o es una equivocación.
No quiero hacer papelón,
tampoco desencajar,
y yo le quiero preguntar,
justito en estos momentos:
¿serán los seis mil doscientos
buen momento pa' parar?
6.613 Una nueva aplicación
se ha incorporado a la red,
si quiere saberlo usted
le digo en esta ocasión
que avisando cual un gong,
que hay respuesta irresoluta,
nos envía tan pronto un mail.
¿Actuará de guarda-rail
para conservar en ruta
esta encomiable disputa?

Debo confirmar al punto
que esto es obra de un Hidalgo,
que yo no entro ni salgo
y no es delito presunto
que por las letras que junto
se me aplique arma letal,
pues soy persona cabal
y honrada, así lo parece.
Son seis mil seiscientas trece
Si yo no he contado mal.
Roberto
(Las Palmas de Gran Canaria, España)
2006
6.802 Tengo al «nono» abandonado
pensará que yo lo ignoro,
se lo pido, se lo imploro
que cambie, que no es pecado
el no haberle contestado
a su ingeniosa payada.
No le puedo decir nada
sólo dedicarte a vos
el seis, ocho, cero, y dos
en una sola tacada.
6.988 Tenemos igual idioma
en este lado y el otro,
lo que aquí se llama «potro»
allá es «flete» para doma,
«acá» es «aquí» y por «toma»
en España se usa «coge»
y por más que se le antoje
«moreno» es ahí «morocho»,
seis, nueve, ocho y ocho.
¿Quien da más? El que se moje.
7.190 Y siguiendo en comparar
la «falda» se hace «pollera»
las «bragas» «bombachas» fuera,
fuera de «ser» no «quitar»,
no se vaya a equivocar
creyéndome quien no soy,
pues si por algo aquí estoy
es por hacer buenas cuentas:
siete mil ciento noventa,
es lo que me sale y doy.
7.400 De ambas puntas de la orilla,
a dos lados de los mares,
relatamos los pesares,
también contamos las guillas.
La vida no se mancilla
siguiendo el camino recto,
debe ser lo predilecto.
Llegando a siete millares
y otros cuatro centenares,
sin sumar más. Es perfecto.
7.607 Creo llegado el momento
de que empiece un intervalo.
Lo que dice el «Nono» avalo
sin poner impedimento.
Ambos ponemos acento
de continuar en la senda
rehuyendo de la prebenda.
Ya los millares son siete
y seiscientos. ¡Rechupete!
Más siete; no admite enmienda.
8.000 Yo le agradezco su aval,
y la confianza dispensada,
lo que digo no es pavada,
y es cuestión fundamental.
Tiene razón al final,
si es que se refiere al siete.
Y... es número meterete,
ya que está por todos lados,
siempre caerá acomodado,
vea: siete, los jinetes,
aquellas plagas letales,
y hasta el agente secreto.
Dicho con todo respeto:
los pecados capitales,
los siete enanos cordiales,
de la semana los días,
para nada es brujería:
en luna llena, lobizón,
los años de la comezón,
y aquí ocho mil habrían.
Luís Ernesto Carelli,
El «nono Lolo»

(Argentina)
2006
8.200 Y atrás quedó el «numerito»,
cabalístico y mundano,
por ocho millares vamos,
y avanzando de a poquito.
También cantando bajito,
y con total sentimiento,
ahora en este momento,
¡y no es que en todo me fije!,
¿ocho millares, yo dije?
¡si! agregándole doscientos.
8.400 A diez mil nos acercamos,
sin prisa pero sin pausa,
creemos justa la causa,
por eso aquí estamos.
Nuestras coplas regalamos,
nos queda un camino incierto,
mas llegarán los aciertos,
y serán muy duraderos,
ocho, cuatro, cero y cero,
aquí le dejo a Roberto.
8.590 Aprovechando un descuido,
el amigo Ernesto, Luís
lo hace en el menor tris
¡Me lo tengo merecido!
El seis y ocho mil perdidos
a siete mil ya no fui.
Mejor creo que es así
para seguir con la tienta,
ocho mil cinco y noventa
es lo que les dejo aquí.
Roberto
(Las Palmas de Gran Canaria, España)
2006
8.800 Luís Ernesto aquí se cuela,
su nombre es de culebrón.
Requiere una explicación:
culebrón: telenovela
mas quien esto a ti revela
debe andarse muy despacio
porque por segundo, Horacio
a mi me han denominado.
Cuento ocho mil por un lado
y ochocientos, sin solacio.
8.992 Mas debo decirles que
hay otro que no se escapa
ni adherido cual la lapa,
de esto puedo yo dar fe.
Un tal Francisco José
que jugando con ventaja
es quien reparte baraja.
Ocho mil él certifica,
novecientas más aplica
y noventa y dos, si encaja.
9.207 Francisco a sí se profiere
¿por qué me he metido en esto?
No hablo por Luís Ernesto
aunque seguro se adhiere,
está aquí sólo quien quiere,
sin tener obligaciones
ni excesivas pretensiones,
con amor por herramienta.
Son nueve mil doscientas
y otras siete las razones.
9.400 El amigo «nono Lolo»
en un correo privado
avisa que ha llegado
su momento de abandono,
por laboro, sin encono,
lo comprendo, yo lo afianzo,
primero son los garbanzos
luego, entretenimiento.
Ya nueve mil cuatrocientos
y por él mi brindis lanzo.
9.800 Estoy junto a vos brindando,
y con Francisco también,
sumando cien, más cien, más cien,
estamos casi llegando.
Algo triste estoy payando,
y no creo estar muy loco,
no quiero asumir tampoco,
que las cosas van y van,
¡con razón dice el refrán,
que lo bueno dura poco!

Por un tiempo es mi partida,
por «laburo» y otros temas,
no son graves los problemas,
y es corta la despedida.
Fue cosa muy divertida,
muy prontito volveré,
con todo regresaré,
es así que lo presiento,
en nueve mil ochocientos,
justo, justo, me planté.
Luís Ernesto Carelli,
El «nono Lolo»

(Argentina)
2006
10.000 Coronamos ya la meta
con singular armonía
y con profunda alegría,
desde la «a» hasta la «zeta»,
con los versos cual piqueta
contra torres de marfil,
el «Nono», que no es senil,
con Roberto en las Canarias,
en compaña extraordinaria,
llegan juntos a ¡DIEZ MIL!
Roberto
(Las Palmas de Gran Canaria, España)
y
Luís Ernesto Carelli,
El «nono Lolo»

(Argentina).
2006

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