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FRASES AUTORREFERENTES

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71.658 En esta última parte,
en que asomó «el perseguido»,
noto un tono alicaído
en la expresión de su arte.
¡Levante ya el estandarte
e hinche muy bien el pecho!
En vez de estar al acecho
de lo que diga algún otro
muestre su raza de potro
y vaya del dicho al hecho.

Comenzar, ahora, deseo
en mi nueva aportación
que arribe a su corazón
al que lo noto muy feo.
¡Mande la pena a paseo
y despójese el congojo!
Que de azul, de blanco o rojo
tiñamos nuestros amores,
para gustos los colores
y por usted doy mis ojos.

¡Arriba los corazones!
Que no haya obstáculo alguno
que se torne inoportuno
para herir nuestras pasiones,
pues no existen las razones,
ni dormido, ni despierto,
para decirle a Roberto
que no se meta en lo nuestro,
no intente ningún secuestro
de la verdad, todo es cierto.

Pues lo nuestro «perseguido»
ha llegado a ser «vox pópuli»
que hasta en las grandes metrópolis
por la plebe ya es sabido
y creo haber conseguido
que nos saquen en portada,
en revista de tirada,
descomunal y famosa,
esa de la prensa rosa
que ofreció una millonada.

Me avergüenza hablar de esto
porque soy muy recatada,
mejor por línea privada
le sigo contando el resto
y así vemos que contesto
ante toda la avalancha
de paparazzis en lancha,
en coche y monopatín
que del principio hasta el fin
en mi acera piden cancha.

Es mi estado anonadada
y por dar pistas le abundo
que igual que en la canción «Mundo
de zánganos» titulada
estaré yo retratada,
en su grata compañía.
Y la letra que escribía
el gran Rafael Amor
no podía ser mejor
semblanza de mancebía.

Me parece que el momento
es, por demás, muy propicio
si empezamos por su inicio
tan lleno de fundamento
que permite que este cuento
resulte como de hadas
y no termine empañada
nuestra buena relación
y le dejo esta ración
de cariño y de ternura
para que mantenga dura
esta amante vocación.

Y por hoy cierro la tienda
saludando al respetable,
aproveche que es probable
sin que haya lugar a enmienda
que luego ajuste la rienda
y no pueda andar muy suelto,
y un siete y uno que esbelto
con un seis, un cinco y ocho
se lo dedico «morocho»
y el asunto está resuelto.
Ana Bol i Zantes,
(Girona, España)
2006
73.840 A la espera de mi turno
no puedo quedarme quieto
y mientras tanto, incompleto,
de noche, tarde y diurno
ya se me queda Saturno
junto a otros siete planetas,
porque existe quien objeta
que un planeta sea Plutón
y lo mandan al rincón,
¡hay que ver que papeleta!

Y ante esto yo pregunto:
¿qué daño Plutón hacía
si desde siempre vivía
alejado del asunto
y visible como un punto
él estaba en el Sistema
ajeno a cualquier dilema
en órbita disciplinada
(aunque un poco descentrada)
en la parte más extrema?

Fue en el treinta, me parece,
del siglo que ya ha pasado
cuando dieron por sentado
que Plutón ya se merece
formar parte del despiece
de este Sistema Solar
ocupando así un lugar
junto a los otros planetas
y le llega ahora su meta
por decisión singular.

«Es que desde que los hombres
han arribado a la luna
(le escuché decir a una)
las cosas no tienen nombre»
y por mucho que se asombre
mayor duda aún deviene
si el archivo que contiene
las fotos y filmación
pierde la comprobación
de haber llegado a Selene.

Resumiendo, que aquí hay gente
que de esto sabe mucho,
agarra pronto un serrucho
y mutila de repente
a un planetita inocente
exponiendo, muy ufanos,
que es un planeta enano
y que cueste lo que cueste
con otros cuerpos celestes
no puede ir de la mano.

Se aprovecha así el que manda
de los pobres e indefensos
porque con otros inmensos,
como Saturno y su banda,
o Júpiter que se agranda,
a excluirlos no se atreve
porque a ver ¿quién va y los mueve
de su gran categoría,
confirmando la teoría
como la prueba del nueve?

Imagino el desconsuelo
del que aspiraba a ingresar
en el Sistema Solar
como planeta monuelo
y le toca hoy el mochuelo
de seguir de segundón.
Por eso digo a Plutón
que acompañado de Xena
podrán calmarse sus penas
pues como ellos, montón.

Ha llegado ya mi vez
y por ser un poco lerdo
la misma casi la pierdo
(¿achacable a la vejez?)
porque no una, sino diez
veces miré y consulté
y por más que fui a la web
impertérrita, la vil
seguía en setenta mil
¡vaya cosa, mire usted!

Yo guardaba en «favoritos»
lo último publicado
y me encontraba estancado
pensando que era inaudito
que se diera por finito
esta verseada porfía
y creí que se debía
a algún retraso de Ana
o que Paco en su peana
sin moverse ahí seguía.

Y es que Ana, la dicente,
ya tenía publicado
en la página de al lado
(más correcto, en la siguiente)
sin que entendiera mi mente
lo que había sucedido,
todo por no haber leído
que continuaba la serie,
y el «pompis» a la intemperie
me quedó, por distraído.

Por hoy ya más no me explayo
que de atrás viene la gente
para entregar cual simiente,
ya sea de frente o soslayo,
sus poesías, mientras hallo
la combinación mejor:
setenta y tres a babor,
ochocientos por derecha,
con cuarenta está bien hecha
y ya cedo aquí el honor.
Roberto
(Las Palmas de Gran Canaria, España)
2006
75.000 Con un poco de demora
aquí volvió el payador
que les dice: «es un honor
encontrarme aquí y ahora»
.
Ya va llegando la hora
que yo empiece a saludar,
mis canciones dedicar
para todos los presentes,
a toda esta linda gente
mis rimas voy a entregar.

Saludo efusivamente
a Anita la catalana
que esta reunión engalana
y a Roberto aquí presente.
Para Paco y justamente
al jovato que no está
aunque creo volverá
muy pronto a esta reunión,
entonces ya de ocasión
mi contestación ahí va.

La cuestión de astronomía
olvídela usted Roberto
Plutón vea que por cierto
cambió de categoría.
De la noche para el día
dejó de ser un planeta
me huele bastante a treta
de astrónomos y sus mañas
no sea cosa que mañana
tal vez resulte un cometa.

Mucho a mi no me interesa
el planetita lejano
como está tan a trasmano
lo tomo con ligereza.
Lo mío es pura simpleza,
guerra no pretendo armar,
ni tampoco incomodar
mas vea cual es mi lema:
ya demasiados problemas
en la Tierra hay que llevar.

Poco es mi tiempo para Ana
ya que además de cantor
ahora soy productor,
le aseguro no es macana.
Mas no me faltan las ganas
de dedicarle un momento
créame es lo que siento
yo le juro que es verdad
es la pura realidad
y se hará yo lo presiento.

Hoy me retiro contento
hasta mi próxima vuelta
espero no haya revueltas
a menos así lo siento
y justo en este momento
emprendo mi retirada
por terminar mi patriada
dejo sin que sea un susto
setenta y cinco mil justos
que creo que no es pavada.
«El payador perseguido»
(ciudadano del mundo)
75.380 Llegó la continuación
del payador perseguido,
por eso ahora yo pido,
con toda mi educación,
que corra el escalafón;
le toca a la catalana,
por más señas Doña Ana,
que es poetisa excelente
y una mujer muy decente
(es lo que cuenta su hermana).

Me despido ya sin más,
hago mutis por el foro,
que este sitio es un tesoro
y no se puede abusar,
porque hay que ser un as
para rimar como ellos
y crear versos tan bellos.
Aquí les dejo setenta
más cinco mil y trescientas...
y ochenta para sellos.
Juegos de palabras
2006
76.610 Han venido muy floridos
los que hasta aquí me preceden,
demostrando lo que pueden,
Francisco y el perseguido,
que sus letras han unido
en versos con tanto brillo
que hasta el canto de los grillos
y el de todas las cigarras
enmudecen cuando narran
con estrofas o estribillos.

No es por «hacer la pelota»
a un pretendiente y a un dueño
de esta página de ensueño
en que aquel va y da la nota
y Paco pone en la jota
y en las íes el punto justo
para colmarnos de gusto
cual si esto fuera el edén
(voy a cambiarme el sostén
que me ciñe mucho el busto).

Como ya me liberé
de la anterior apretura
seguiré por la cintura
despojándome el corsé,
me lo imagino yo a usted
con los ojos muy saltones.
¿Me ayuda con los botones
que me oprimen por la espalda?
Mas luego sigue la falda
porque hoy voy sin pantalones.

Ocurre que los calores
que hubo últimamente
me producen de repente
alteraciones, temblores,
y me suben los colores,
me dan mareos y flatos
y tal como lo relato
me lo dijo así el galeno:
«Para mi no es nada ajeno,
la falla es del termostato».


Y aunque creerlo no pueda
todo es falta de atención
que se torna en dejación
de donde el alma se hospeda
y me temo que suceda
que por todo este abandono
ya vaya perdiendo el tono
y mi estampa se maltreche
al requerir mala leche
para luchar contra el crono.

Y siendo yo muy modesta
que a nadie quiero alterar
me consagro en este altar
a continuar con la fiesta
dejando las velas puestas,
que ya son setenta y seis
los miles como sabréis
y otro seis, más uno y cero,
tan firmes como el acero
o tan duros como el gneis.
Ana Bol i Zantes,
(Girona, España)
2006
78.208 Parece que han destapado
el frasco de las esencias
por la mayor consistencia
de los versos que han dejado
y yo miro hacia otro lado
haciéndome un poco el loco
para ver si encuentro el foco,
sin resultar nada fácil,
y de manera muy grácil
ante ustedes me destoco.

Aunque yo no llevo gorro
ni un casco, ni una montera,
saludo de esta manera
quitándome así el «cachorro»
y no requiero socorro,
ni auxilio de algún loquero,
lo que digo es muy certero
resultando bien palmaria
que en el habla de Canarias
el «cachorro» es el sombrero.

Abandonado tenía
mencionar a los modismos
que se usan aquí mismo
y de entrada ya sabía,
cual si fuera algarabía,
que les sonarán muy poco
las palabras que coloco,
verdaderas como un templo,
y sirviéndome de ejemplo
empiezo con «zorrocloco».

La palabrita citada
que parece un trabalenguas
en nada el idioma mengua
y aparece destacada
de forma significada
en algunos diccionarios
que explican lo que en canario
esta expresión aquí mentan:
«marido de parturienta»
¿No parece extraordinario?

Pero en la definición
se omite un dato preciso,
no sé si por ser conciso
o por evitar lesión,
porque la hombría en cuestión
se pone en tela de juicio
al usar como artificio
sentirse como la dama
y se mete él en la cama
cual autor de natalicio.

Aunque parezca mentira
esto era asunto corriente
(así lo cuenta la gente
que de esto sabe la tira)
y en otra vuelta de espira
para aumentar el embrollo
comentaban que el pimpollo
aparte del encamado
quería ser alimentado
con un caldito de pollo.

Hasta el canario más macho
parecía una muñeca
y como una gallina clueca
dejaba a un lado su sacho;
hoy no ocurre ni borracho
que uno se meta en la cama
pues te agarra la «madama»
y te endilga algún trabajo,
te hace poner el refajo
y te tiene de mucama.

No sé si quedó bien claro,
a medias, o quizás poco,
que el tema del «zorrocloco»
se concluye como raro
y que no ofrece reparo,
aunque parecer pudiera,
y yo aporto de primera
siete, ocho, dos y cero,
y a ojo de buen cubero,
otro ocho. ¡Así cualquiera!
Roberto
(Las Palmas de Gran Canaria, España)
2006
79.570 Hoy he llegado, con todo,
a unirme a esta reunión
y aprovecho la ocasión
para cantar a mi modo.
Debo hacerlo codo a codo
junto a todos mis amigos
es por eso que he venido
con todos a conversar
y ya para comenzar
a Roberto yo le digo:

Que anduvo por las alturas
me ha contado un pajarito
(me lo dijo despacito),
por cuestiones de pintura,
arriba de una estructura
también andamio llamado
y que usted ha trabajado
así a mí me lo comenta
después y a final de cuentas
su tarea ha acabado.

A un albañil yo recuerdo
que un compañero tenía
y que, según cuenta, un día
del andamio cayó muerto.
Justo ahí arrancó el entuerto
pues el amigo afirmó,
lo dijo y no bromeó,
que sus palabras finales,
que fueron muy especiales,
a él se las manifestó.

Él solo las escuchó
y aseguró no mentir
no paraba de decir:
«Yo fui el último al que habló».
A tanta gente intrigó
que de uno a uno y por vez
al derecho y al revés
¿qué dijo? querían saber
y el se atrevió a responder:
«¡el andamio no toqués!»

Ahora pasando a otra cosa
saludo a la payadora
no solo buena cantora
sino que además, hermosa.
Aquí le entrego una rosa
en prueba de nuestro amor
y le pido por favor
que lo nuestro no comente
porque así no habla la gente
¡me gusta cuidar su honor!

Ando muy enamorado,
tal vez sea la primavera,
me pasé la noche entera
pensando estar a su lado.
Mas como ando complicado
y muy lejos, le aseguro,
mas vea lo que yo auguro
pronto juntos estaremos
y muy felices seremos
sólo es cuestión de futuro.

Yo ya me estoy retirando
por poco tiempo nomás
no puedo dar marcha atrás
porque me están apurando.
Ahora les estoy legando
yo lo digo así a los gritos
aunque parezcan poquito
siete y nueve (hagan sus cuentas)
junto a quinientos setenta
y les digo hasta prontito.
«El payador perseguido»
(ciudadano del mundo)

















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