(Las frases autorreferentes anteriores, están aquí)
71.658 |
En esta última parte, en que asomó «el perseguido», noto un tono alicaído en la expresión de su arte. ¡Levante ya el estandarte e hinche muy bien el pecho! En vez de estar al acecho de lo que diga algún otro muestre su raza de potro y vaya del dicho al hecho. Comenzar, ahora, deseo en mi nueva aportación que arribe a su corazón al que lo noto muy feo. ¡Mande la pena a paseo y despójese el congojo! Que de azul, de blanco o rojo tiñamos nuestros amores, para gustos los colores y por usted doy mis ojos. ¡Arriba los corazones! Que no haya obstáculo alguno que se torne inoportuno para herir nuestras pasiones, pues no existen las razones, ni dormido, ni despierto, para decirle a Roberto que no se meta en lo nuestro, no intente ningún secuestro de la verdad, todo es cierto. Pues lo nuestro «perseguido» ha llegado a ser «vox pópuli» que hasta en las grandes metrópolis por la plebe ya es sabido y creo haber conseguido que nos saquen en portada, en revista de tirada, descomunal y famosa, esa de la prensa rosa que ofreció una millonada. Me avergüenza hablar de esto porque soy muy recatada, mejor por línea privada le sigo contando el resto y así vemos que contesto ante toda la avalancha de paparazzis en lancha, en coche y monopatín que del principio hasta el fin en mi acera piden cancha. Es mi estado anonadada y por dar pistas le abundo que igual que en la canción «Mundo de zánganos» titulada estaré yo retratada, en su grata compañía. Y la letra que escribía el gran Rafael Amor no podía ser mejor semblanza de mancebía. Me parece que el momento es, por demás, muy propicio si empezamos por su inicio tan lleno de fundamento que permite que este cuento resulte como de hadas y no termine empañada nuestra buena relación y le dejo esta ración de cariño y de ternura para que mantenga dura esta amante vocación. Y por hoy cierro la tienda saludando al respetable, aproveche que es probable sin que haya lugar a enmienda que luego ajuste la rienda y no pueda andar muy suelto, y un siete y uno que esbelto con un seis, un cinco y ocho se lo dedico «morocho» y el asunto está resuelto. |
Ana Bol i Zantes, (Girona, España) 2006 |
73.840 | A la espera de mi turno no puedo quedarme quieto y mientras tanto, incompleto, de noche, tarde y diurno ya se me queda Saturno junto a otros siete planetas, porque existe quien objeta que un planeta sea Plutón y lo mandan al rincón, ¡hay que ver que papeleta! Y ante esto yo pregunto: ¿qué daño Plutón hacía si desde siempre vivía alejado del asunto y visible como un punto él estaba en el Sistema ajeno a cualquier dilema en órbita disciplinada (aunque un poco descentrada) en la parte más extrema? Fue en el treinta, me parece, del siglo que ya ha pasado cuando dieron por sentado que Plutón ya se merece formar parte del despiece de este Sistema Solar ocupando así un lugar junto a los otros planetas y le llega ahora su meta por decisión singular. «Es que desde que los hombres han arribado a la luna (le escuché decir a una) las cosas no tienen nombre» y por mucho que se asombre mayor duda aún deviene si el archivo que contiene las fotos y filmación pierde la comprobación de haber llegado a Selene. Resumiendo, que aquí hay gente que de esto sabe mucho, agarra pronto un serrucho y mutila de repente a un planetita inocente exponiendo, muy ufanos, que es un planeta enano y que cueste lo que cueste con otros cuerpos celestes no puede ir de la mano. Se aprovecha así el que manda de los pobres e indefensos porque con otros inmensos, como Saturno y su banda, o Júpiter que se agranda, a excluirlos no se atreve porque a ver ¿quién va y los mueve de su gran categoría, confirmando la teoría como la prueba del nueve? Imagino el desconsuelo del que aspiraba a ingresar en el Sistema Solar como planeta monuelo y le toca hoy el mochuelo de seguir de segundón. Por eso digo a Plutón que acompañado de Xena podrán calmarse sus penas pues como ellos, montón. Ha llegado ya mi vez y por ser un poco lerdo la misma casi la pierdo (¿achacable a la vejez?) porque no una, sino diez veces miré y consulté y por más que fui a la web impertérrita, la vil seguía en setenta mil ¡vaya cosa, mire usted! Yo guardaba en «favoritos» lo último publicado y me encontraba estancado pensando que era inaudito que se diera por finito esta verseada porfía y creí que se debía a algún retraso de Ana o que Paco en su peana sin moverse ahí seguía. Y es que Ana, la dicente, ya tenía publicado en la página de al lado (más correcto, en la siguiente) sin que entendiera mi mente lo que había sucedido, todo por no haber leído que continuaba la serie, y el «pompis» a la intemperie me quedó, por distraído. Por hoy ya más no me explayo que de atrás viene la gente para entregar cual simiente, ya sea de frente o soslayo, sus poesías, mientras hallo la combinación mejor: setenta y tres a babor, ochocientos por derecha, con cuarenta está bien hecha y ya cedo aquí el honor. |
Roberto (Las Palmas de Gran Canaria, España) 2006 |
75.000 | Con un poco de demora aquí volvió el payador que les dice: «es un honor encontrarme aquí y ahora». Ya va llegando la hora que yo empiece a saludar, mis canciones dedicar para todos los presentes, a toda esta linda gente mis rimas voy a entregar. Saludo efusivamente a Anita la catalana que esta reunión engalana y a Roberto aquí presente. Para Paco y justamente al jovato que no está aunque creo volverá muy pronto a esta reunión, entonces ya de ocasión mi contestación ahí va. La cuestión de astronomía olvídela usted Roberto Plutón vea que por cierto cambió de categoría. De la noche para el día dejó de ser un planeta me huele bastante a treta de astrónomos y sus mañas no sea cosa que mañana tal vez resulte un cometa. Mucho a mi no me interesa el planetita lejano como está tan a trasmano lo tomo con ligereza. Lo mío es pura simpleza, guerra no pretendo armar, ni tampoco incomodar mas vea cual es mi lema: ya demasiados problemas en la Tierra hay que llevar. Poco es mi tiempo para Ana ya que además de cantor ahora soy productor, le aseguro no es macana. Mas no me faltan las ganas de dedicarle un momento créame es lo que siento yo le juro que es verdad es la pura realidad y se hará yo lo presiento. Hoy me retiro contento hasta mi próxima vuelta espero no haya revueltas a menos así lo siento y justo en este momento emprendo mi retirada por terminar mi patriada dejo sin que sea un susto setenta y cinco mil justos que creo que no es pavada. |
«El payador perseguido» (ciudadano del mundo) ![]() |
75.380 | Llegó la continuación del payador perseguido, por eso ahora yo pido, con toda mi educación, que corra el escalafón; le toca a la catalana, por más señas Doña Ana, que es poetisa excelente y una mujer muy decente (es lo que cuenta su hermana). Me despido ya sin más, hago mutis por el foro, que este sitio es un tesoro y no se puede abusar, porque hay que ser un as para rimar como ellos y crear versos tan bellos. Aquí les dejo setenta más cinco mil y trescientas... y ochenta para sellos. |
Juegos de palabras 2006 |
76.610 |
Han venido muy floridos los que hasta aquí me preceden, demostrando lo que pueden, Francisco y el perseguido, que sus letras han unido en versos con tanto brillo que hasta el canto de los grillos y el de todas las cigarras enmudecen cuando narran con estrofas o estribillos. No es por «hacer la pelota» a un pretendiente y a un dueño de esta página de ensueño en que aquel va y da la nota y Paco pone en la jota y en las íes el punto justo para colmarnos de gusto cual si esto fuera el edén (voy a cambiarme el sostén que me ciñe mucho el busto). Como ya me liberé de la anterior apretura seguiré por la cintura despojándome el corsé, me lo imagino yo a usted con los ojos muy saltones. ¿Me ayuda con los botones que me oprimen por la espalda? Mas luego sigue la falda porque hoy voy sin pantalones. Ocurre que los calores que hubo últimamente me producen de repente alteraciones, temblores, y me suben los colores, me dan mareos y flatos y tal como lo relato me lo dijo así el galeno: «Para mi no es nada ajeno, la falla es del termostato». Y aunque creerlo no pueda todo es falta de atención que se torna en dejación de donde el alma se hospeda y me temo que suceda que por todo este abandono ya vaya perdiendo el tono y mi estampa se maltreche al requerir mala leche para luchar contra el crono. Y siendo yo muy modesta que a nadie quiero alterar me consagro en este altar a continuar con la fiesta dejando las velas puestas, que ya son setenta y seis los miles como sabréis y otro seis, más uno y cero, tan firmes como el acero o tan duros como el gneis. |
Ana Bol i Zantes, (Girona, España) 2006 |
78.208 | Parece que han destapado el frasco de las esencias por la mayor consistencia de los versos que han dejado y yo miro hacia otro lado haciéndome un poco el loco para ver si encuentro el foco, sin resultar nada fácil, y de manera muy grácil ante ustedes me destoco. Aunque yo no llevo gorro ni un casco, ni una montera, saludo de esta manera quitándome así el «cachorro» y no requiero socorro, ni auxilio de algún loquero, lo que digo es muy certero resultando bien palmaria que en el habla de Canarias el «cachorro» es el sombrero. Abandonado tenía mencionar a los modismos que se usan aquí mismo y de entrada ya sabía, cual si fuera algarabía, que les sonarán muy poco las palabras que coloco, verdaderas como un templo, y sirviéndome de ejemplo empiezo con «zorrocloco». La palabrita citada que parece un trabalenguas en nada el idioma mengua y aparece destacada de forma significada en algunos diccionarios que explican lo que en canario esta expresión aquí mentan: «marido de parturienta» ¿No parece extraordinario? Pero en la definición se omite un dato preciso, no sé si por ser conciso o por evitar lesión, porque la hombría en cuestión se pone en tela de juicio al usar como artificio sentirse como la dama y se mete él en la cama cual autor de natalicio. Aunque parezca mentira esto era asunto corriente (así lo cuenta la gente que de esto sabe la tira) y en otra vuelta de espira para aumentar el embrollo comentaban que el pimpollo aparte del encamado quería ser alimentado con un caldito de pollo. Hasta el canario más macho parecía una muñeca y como una gallina clueca dejaba a un lado su sacho; hoy no ocurre ni borracho que uno se meta en la cama pues te agarra la «madama» y te endilga algún trabajo, te hace poner el refajo y te tiene de mucama. No sé si quedó bien claro, a medias, o quizás poco, que el tema del «zorrocloco» se concluye como raro y que no ofrece reparo, aunque parecer pudiera, y yo aporto de primera siete, ocho, dos y cero, y a ojo de buen cubero, otro ocho. ¡Así cualquiera! |
Roberto (Las Palmas de Gran Canaria, España) 2006 ![]() |
79.570 | Hoy he llegado, con todo, a unirme a esta reunión y aprovecho la ocasión para cantar a mi modo. Debo hacerlo codo a codo junto a todos mis amigos es por eso que he venido con todos a conversar y ya para comenzar a Roberto yo le digo: Que anduvo por las alturas me ha contado un pajarito (me lo dijo despacito), por cuestiones de pintura, arriba de una estructura también andamio llamado y que usted ha trabajado así a mí me lo comenta después y a final de cuentas su tarea ha acabado. A un albañil yo recuerdo que un compañero tenía y que, según cuenta, un día del andamio cayó muerto. Justo ahí arrancó el entuerto pues el amigo afirmó, lo dijo y no bromeó, que sus palabras finales, que fueron muy especiales, a él se las manifestó. Él solo las escuchó y aseguró no mentir no paraba de decir: «Yo fui el último al que habló». A tanta gente intrigó que de uno a uno y por vez al derecho y al revés ¿qué dijo? querían saber y el se atrevió a responder: «¡el andamio no toqués!» Ahora pasando a otra cosa saludo a la payadora no solo buena cantora sino que además, hermosa. Aquí le entrego una rosa en prueba de nuestro amor y le pido por favor que lo nuestro no comente porque así no habla la gente ¡me gusta cuidar su honor! Ando muy enamorado, tal vez sea la primavera, me pasé la noche entera pensando estar a su lado. Mas como ando complicado y muy lejos, le aseguro, mas vea lo que yo auguro pronto juntos estaremos y muy felices seremos sólo es cuestión de futuro. Yo ya me estoy retirando por poco tiempo nomás no puedo dar marcha atrás porque me están apurando. Ahora les estoy legando yo lo digo así a los gritos aunque parezcan poquito siete y nueve (hagan sus cuentas) junto a quinientos setenta y les digo hasta prontito. |
«El payador perseguido» (ciudadano del mundo) ![]() ![]() |