Está un padre distraído viendo un partido de fútbol en la televisión y entra su
hijo con los deberes de la escuela:
- Papá, ¿dónde están los Andes?
- Pregúntale a tu madre que es la que lo guarda todo.
- Papá, ¿horchata se escribe sin hache?
- No, porque entonces se diría «horcata»
- Papá, ¿cómo se escribe campana?
- Campana se escribe ¡cómo suena!
- Entonces, ¿qué escribo «talán talán»?
- Papá, ¿cómo se escribe teléfono móvil?
- Como suena.
- ¿Y si está en silencio?
- Papá, ¿me resuelves este problema de matemáticas?
- No hijo, no estaría bien.
- Bueno, inténtalo de todas formas.
En una carrera:
- Papá, ¿por qué corren tanto esos señores?
- Porque al primero le dan un premio.
- Entonces, los demás... ¿para qué corren?
-Mamá, Mamá, ¿me puedes dar 2 euros para un pobre hombre que está gritando en la calle?
- Hijo mío. qué corazón más grande tienes. ¿Qué es lo que grita ese hombre?
- Esto... ¡Helados a 2 euros!
- Mamá, ¿los chocolates caminan?
- No, hijo mío.
- Entonces me he comido una cucaracha.
- ¿Por qué eres tan alto?
- Porque a mi madre se le antojó un poste de teléfono.
- Eso no tiene nada que ver a mi madre se le antojó un disco rayado y a
mí no me ha pasado nada, a mí no me ha pasado nada, a mí no me ha
pasado nada, a mí no me ha pasado nada...
Dos niños comentan:
- ¿Viste el apagón de anoche?
Y el otro le responde:
- No lo pude ver porque se fue la luz.
(Enviado por Daniel Moya, 9 años, de Santiago de Chile)
Dos niños pequeños discuten:
- No se dice yo no sabo, se dice yo no sepo.
- No se dice yo no sepo, se dice yo no sabo.
Una señora que pasaba por allí les dice:
- No se dice de ninguna de las dos maneras.
- ¿Entonces cómo se dice?
- Yo no sé.
- ¡Pues si no sabe para qué se mete!
Un niño pregunta a otro:
- Si se cae al río un hierro de dos toneladas, ¿como lo sacarías?
El otro niño responde:
- Oxidado.
(Enviado por Daniel Moya, 9 años, de Santiago de
Chile)